No deberían de ser aceptadas hasta que las evidencias empíricas puedan dar muestra de su veracidad en repetidas veces, o al menos con alguna prueba contundente al respecto. Esto no la invalidaría, pero su rigor científico quedaría a expensas de poder aplicarla a la realidad o poder extraer conclusiones inequívocas. No obstante, toda teoría o en su primer caso hipótesis, empieza por ser eso, una idealización estimada con ciertas aproximaciones matemáticas (en el mejor de los casos) que pretende dar respuesta a un problema. Así mismo, hasta que no se encuentren evidencias que muestren su inutilidad e incluso su falsifiabilidad, no se puede desechar, y siempre enriquecerá la comprensión desde un punto de vista global o en cualquier caso desde un enfoque filosófico.

Considero que la belleza de la realidad ultima debe ser, a mi entender, indeterminada. Entiendo que existen numerosos puntos de vista e interpretaciones sobre la mecánica cuántica desde la clásica de Copenhagen, Many worlds, relacional de Carlo Rovelli aquí mencionada, onda piloto de David Bohm, teoría del colapso espontáneo de GRW… El aspecto además a tener en cuenta es que incluso a día de hoy, podríamos dudar del determinismo clásico de Laplace. La mecánica cuántica ha demostrado, por ahora, que la incertidumbre, la probabilidad y el indeterminism son inherentes a la realidad del mundo microscópico: prueba de ello el entrelazamiento cuántico, la decoherencia de sistemas, o la tunelización. Esto, no quiere decir que con el tiempo los sistemas de medición no puedan reducir el rango de indeterminación, pero no se llegará a reducir a un valor cero, en violación del principio de incertidumbre. La realidad en ultima instancia, es indeterminada.